PANTEON DE CONCHA HERES


PANTEON DE CONCHA HERES

GRADO. ASTURIAS. ESPAÑA. AÑO 1921 OBRA DE LOS ARQUITECTOS MADRILEÑOS ANSELMO ARENILLAS Y LUIS VEGAS.


Biografía

Una de las joyas del patrimonio artístico moscón se encuentra en un lugar poco frecuente, el cementerio municipal, proyectado por el afamado arquitecto Juan Miguel de la Guardia.

Se trata del Panteón de Concha Heres, filántropa asturiana que creció en Grado y a lo largo de su vida realizó numerosas obras benéficas a la vez que mandó construir edificaciones muy interesantes.

Concha Heres había nacido en Belmonte de Miranda en 1864. Con 19 años se casó por poderes con Manuel Valle, veintiséis años mayor, una de las mayores fortunas de Cuba, nacido en Candamo, y por entonces presidente del Centro Asturiano de La Habana.

Ambos llevaron una intensa vida social, con frecuentes viajes a Estados Unidos, España y Paris, hasta la muerte del marido en 1896.

Concha Heres se retira entonces temporalmente a Grado con su madre, donde compra una casa solariega y realiza generosas donaciones para escuelas, iglesias y fundaciones.

A comienzos de siglo vuelve a la vida social, manda construir su maravilloso chalé de Oviedo junto al Parque San Francisco (hoy desaparecido), contrae nuevo matrimonio, y vive habitualmente en Madrid, pasando los veranos en Oviedo.

En los años 20 encarga al arquitecto Anselmo Arenillas este panteón en el cementerio de Grado, donde está enterrada junto a su primer marido, Manuel Valle.

El panteón tiene dos pisos. En la planta superior está la capilla, de planta octogonal con cúpula y pórtico.
Descansa junto a su primer marido en este panteón, frente al cual destaca la escultura de mármol "La Noche", un ángel modernista que despliega sus alas al cielo. Su autor, Juan Cristóbal, ganó con esta obra la Primera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes en 1922.

Desde aquí queremos igualmente denunciar el lamentable estado de conservación en que se encuentra, ya que las vidrieras están rotas y en el suelo que, así como cascotes procedentes de las molduras del techo, la lampara de forja y las cadenas que hacían de barandilla para subir han sido robadas, la puerta forzada y tanto como el sepulcro de Doña Concha Heres como de su marido están destrozados y profanados.